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Casa Monti: Celebración del Arte

En el corazón del histórico barrio Monti de la ciudad de Roma, se encuentra la casa artística Casa Monti, diseñada por Laura González en colaboración con Atelier 27. Celebrando el arte en todas sus formas, este hotel se funde con las bellezas de su entorno para que sus huéspedes respiren la verdadera atmósfera romana. Descubra los interiores más sofisticados, salpicados de techos con frescos, mosaicos en las paredes y mucho más.

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Casa Monti se encuentra en el barrio de Monti, donde hileras de talleres artesanos, pequeñas tiendas independientes y galerías de arte florecen suavemente a lo largo de las calles. Este hotel de 5 estrellas, salpicado de frescos poéticos, antigüedades, artesanía italiana y obras de encargo, es obra de la interiorista francesa Laura González en colaboración con Atelier 27.

Todas las obras que verá aquí evocan el espíritu del taller o estudio de un artista.

Atelier 27

Bañado en un encanto bohemio y concebido para ser "el Hogar del Artista", este magnífico hotel celebra el arte en todas sus formas en la intemporal ciudad de Roma. Desde su artística fachada del siglo XVIII, que recuerda a las antiguas casas nobles, hasta las románticas vistas sobre los tejados al atardecer, Casa Monti manifiesta belleza en cada rincón. Descubra el encanto de la Città Eterna, reflejado entre las paredes de este glorioso hotel con aspecto de atelier.

La profusión de creatividad y pasión procedente del entorno inmediato resuena entre las paredes del hotel, estableciendo profundos vínculos con el espíritu romano de la dolce vita y la cultura típica local. Al entrar en el vestíbulo, aparecen ante usted musas y mitos italianos, junto con dos grandes ánforas contemporáneas de Filadelfio Todaro y bustos de mujeres grecorromanas esculpidos en yeso por Marina Mankarios. Cuanto más se adentra en el edificio, más se topa con objetos fascinantes: jarrones de colores, cajas antiguas, portavelas alegóricos, sujetalibros cubiertos de pájaros, tarros de galletas de cerámica pintados a mano.

Los romanos cultivan sus interiores, crean universos meticulosos, superponiendo referencias creativas. Así es como imaginé la Casa Monti, impregnada de una atmósfera íntima como una casa romana, abierta a la vida del barrio.

Laura Gonzalez

Mientras pasea por los múltiples espacios del hotel, sin duda se fijará, justo por encima de su cabeza, en los frescos bellamente pintados que representan cielos llenos de nubes. Estas obras maestras fueron realizadas por un taller italiano de pintura decorativa. Se exigió a los artesanos que utilizaran colores desvaídos y tonos suaves, con el fin de conseguir un efecto de pátina que situara los dibujos en primer plano. Esta técnica suele utilizarse para dar la impresión de que un fresco siempre ha estado ahí.

Su estancia en Casa Monti le hará sentirse como en casa. Embárquese en un viaje al elegante mundo del arte descubriendo las habitaciones y suites del hotel, todas ellas decoradas con objetos de diseño únicos inspirados en el tema de los viajes y los recuerdos. Rodéese de hermosos interiores, adornados con piezas de arcilla, bustos antiguos, retazos de la vida romana esbozados por Maëlys Pommaret, impresionantes ilustraciones de Paola Sorrentino y Elena Rucli, y refinadas cerámicas de la artista Florence Bamberger.

En Casa Monti, incluso el suelo bajo sus pies tiene una historia que contar. Una variedad de materiales, dibujos y combinaciones de colores caracteriza distintas zonas del edificio, con el objetivo de imitar el pavimento original de los antiguos palacios romanos. Otra referencia a la arquitectura romana se plasma en la presencia de mosaicos esparcidos aquí y allá. En las paredes de los cuartos de baño, encima de cada bañera, se insertó un micromosaico que representa un gorrión alzando el vuelo. Entre el restaurante y el bar se encuentra el patio, una oda al estilo de vida de las plazas italianas. Con una fuente y paredes cubiertas de vegetación, es un refugio tranquilo durante todo el día: para desayunar, tomar un café, un bocado rápido o una bebida refrescante.

Cuando en el exterior la luz adquiere un tono dorado, la azotea es el lugar perfecto para reunirse a tomar un aperitivo. Desde aquí, la vista sobre Roma nunca es igual dos noches seguidas. Sentado en la barra, con la cabeza en las nubes, déjese hechizar por el cálido ambiente que le rodea.